Beardo marca un día “histórico” entre la audacia y la duda

Editorial19/09/2025RedacciónRedacción
El Puerto Avanza 4

El alcalde de El Puerto, Germán Beardo, presentó lo que quiso situar como un “día histórico” para la ciudad. Un anuncio cargado de medidas que pretenden reforzar su mayoría absoluta y que se resumen en una fórmula atractiva: menos impuestos, mejores servicios y un Ayuntamiento libre de deuda que coloca el dinero directamente en la calle.

IMG_20250918_102530Beardo anuncia transporte gratuito y bajada de impuestos

El planteamiento es ambicioso y apunta a todos los frentes: incremento de partidas para el deporte, las Hermandades y colectivos sociales; impulso a los promotores para recuperar a El Puerto como motor de la Bahía; y, como titular más llamativo, la gratuidad del transporte urbano en 2026. Una medida de enorme calado político que conecta con el bolsillo de los ciudadanos, pero que se apoya en un servicio obsoleto, sin contrato y con autobuses en estado crítico. 

La puesta en escena, con la presencia del alcalde de Cádiz, de la subdelegada de la Junta y de la presidenta de la Autoridad Portuaria, refuerza la dimensión del anuncio. Beardo quiso que el gesto trascendiera lo local, situando a El Puerto como actor protagonista en la Bahía y con aspiraciones de liderazgo provincial. Ese es, sin duda, un acierto estratégico: proyectar una ciudad que mira más allá de sí misma y que reclama un papel central.

Pero toda apuesta de este calibre camina sobre una delgada línea. La ambición de abarcarlo todo —bajar impuestos, aumentar servicios, regalar transporte, apoyar a todos los colectivos— corre el riesgo de desdibujar la capacidad real de ejecución. El compromiso político es fuerte, y también el desafío: lo que ayer se presentó como un día histórico podría convertirse en un arma de doble filo si las promesas no se cumplen en el calendario anunciado.

Aun así, la decisión de no guardarse nada a dos años del final de legislatura transmite un mensaje potente: confianza en la gestión, voluntad de liderar y deseo de dejar huella. Valiente, arriesgado y con un punto de sinceridad, el movimiento de Germán Beardo abre un nuevo capítulo en el que el tiempo será juez definitivo.

Si el dinero llega a la calle, si los colectivos reciben el respaldo anunciado y si el transporte urbano se transforma en un servicio útil y moderno, la palabra “histórico” dejará de sonar a titular para convertirse en realidad. De lo contrario, será recordado como un exceso de ambición en busca de aplauso inmediato.

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