"El Puerto necesita repensar la Motorada"

Opinión29/04/2025RedacciónRedacción
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Motos encima de la acera.

Carta abierta a la ciudadanía para repensar este evento

Desde la Plataforma El Puerto para Vivir, colectivo ciudadano por una ciudad habitable y sostenible, lanzamos esta carta para reflexionar sobre los perjuicios de la motorada. Cada año, nuestras calles sufren ruido ensordecedor, maniobras peligrosas y un caos urbano inadmisible. Esta situación, propia de otra época, afecta a la seguridad, el descanso y la salud de la ciudadanía.

Durante el fin de semana de la motorada, El Puerto se convierte en una “ciudad sin ley”: caballitos constantes, quema de ruedas, mobiliario urbano dañado, basura por todas partes, ruido excesivo y contaminación. Esto pone en riesgo a peatones y conductores, mientras la policía, en muchos casos, permanece inactiva. No podemos normalizar que una fiesta ocasione miedo, insomnio y desorden generalizado.

El argumento económico ya no convence. Aunque algunos negocios ganen dinero esos días, el coste social y urbano es elevado: limpieza, reparaciones, servicios reforzados y pérdida de calidad de vida. Además, el modelo actual de turismo exprés deja escasos beneficios reales. ¿Vale la pena sacrificar derechos por ingresos puntuales? ¿Es justo que las molestias las suframos todos y los beneficios los cobren unos pocos?

Durante esos días, la ciudad se transforma: tráfico imposible, botellones, ruido incesante. Quienes pueden se van; quienes no, sobreviven. El espacio público se privatiza y el coste lo asume la ciudadanía. Este modelo responde a intereses de una minoría, no al bienestar común.

Existen alternativas. En El Puerto se podrían fomentar eventos como una gran cita de vela latina, más afín a nuestra identidad marítima. En otras ciudades se celebran actividades sostenibles como el Día de la Bicicleta o festivales culturales. En Bruselas se hace un Día Sin Coches; en Bogotá, la Ciclovía reúne a más de un millón de personas sin motores; en India, el Raahgiri Day se inspira en este modelo. También El Puerto ha tenido iniciativas similares, como los domingos sin coches de la FLAVE.

Es hora de replantear la motorada. No se trata de prohibir, sino de transformar. Apostemos por una ciudad moderna, respetuosa y centrada en la vida urbana, no en el estruendo.

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