Algo está cambiando en el seno de las cofradías de El Puerto, y ya era hora. El tiempo de la contemplación ha dado paso a importantes transformaciones que buscan solucionar problemas repetidos hasta la saciedad y que parecen haber agotado la paciencia de las Hermandades. El principal tema de discusión es la dependencia de la Basílica y el elevado número de Hermandades que alberga en su interior.
Un ejemplo de estas transformaciones es la valiente decisión del Nazareno de abandonar una inviable Madrugá para posteriormente trasladarse a la Casa de Hermandad para realizar su salida procesional. Aunque la lluvia impidió inmortalizar ese momento, esta decisión marca un punto de inflexión. Las cofradías deben dejar fluir los nuevos tiempos y adaptarse no solo a sus necesidades actuales, sino también a su futuro.
El inamovible mundo cofrade debe entender que repetir los mismos patrones solo conduce a los mismos resultados. Las ideas no deben quedarse en mentideros inapropiados, sino ser argumentadas y llevadas a Cabildos. Que los Hermanos hablen, decidan, opinen y voten. Una Hermandad viva y con futuro es aquella que toma decisiones y abre sus puertas de par en par.
Que los Hermanos hablen, decidan, opinen y voten
La siguiente en levantar la mano, y nuevamente mis felicitaciones, es Dolor y Sacrificio, que plantea salir de la Basílica para seguir creciendo y encontrar esa libertad que el encorsetamiento actual les niega. El cambio de sede canónica podría llevarles a una de las joyas del centro: la Iglesia de las Esclavas del Sagrado Corazón, en la calle Luna. Ya imagino esas horquillas y ese rezo imponente del Martes Santo.
Ser soberana no ha sido sinónimo de independiente; las Hermandades han estado bajo el dictado de la Prioral, pero eso, afortunadamente, parece tener los días contados en algunos casos. Un ejemplo es la idea que sondeó la Hermandad del Huerto de trasladarse a San Francisco, otra oportunidad que debería valorarse y retomarse.
La Basílica debe seguir siendo el primer templo portuense, pero no la única casa de las Hermandades. La Semana Santa portuense empieza a entender que alcanzar la mayoría de edad implica evangelizar otras zonas de la ciudad, y en esto tanto el Obispado como la Basílica deben colaborar para seguir despejando sitio.
La Iglesia, por desgracia, está en declive, y solo las Hermandades, repito, solo las Hermandades son hoy en día las que movilizan a más personas que cualquier otro colectivo. En tiempos de cambios, el camino señalado por el Nazareno y Dolor y Sacrificio debe tener una mayor correlación.
Este viernes, hacen falta cofrades valientes para decidir en el Cabildo del Dolor y Sacrificio. En juego está no solo un cambio de sede, sino también el futuro de una Hermandad y el engrandecimiento de una Semana Santa.
Es tiempo para valientes.