El sol como maestro de paciencia y contemplación

El Puerto de Santa María, ya ciudad de talentos, negocios, ocio y turismo, guarda rincones únicos para quienes saben descubrirlos. Lugares donde se experimenta el atardecer desde el cielo, viendo caer el sol en su resplandor, pasar del tono más diurno hasta transformarse en un naranja rosado. No es la despedida de un día más, sino la suma positiva de una experiencia.

En la playa de Las Redes, un mirador conserva aún la esencia de lo tradicional. Allí, una pareja de ancianos se esfuerza en subir las escaleras y cruzar la plataforma para llegar a este enclave emblemático. Un atardecer en la bahía que, sin precio, convierte todo lo demás en secundario en estos tiempos en que todo parece caro. Una imagen que refleja el paso del tiempo y que une la vejez con la modernidad, cuando aquellos mismos ancianos capturan la escena con sus teléfonos, disfrutando de su instante más artístico.

Si se sigue la pasarela, entre los árboles aparece un espacio más íntimo, donde todavía se divisa un barco de la milicia de la base de Fuentebravía, en reposo pero vigilante. Todo mientras el sol continúa siendo protagonista, regalando su luz a quienes saben valorar la brisa marina y la suerte de estar presentes en ese momento irrepetible.