



El Papa Francisco ha fallecido a los 88 años en su residencia de Casa Santa Marta, en el Vaticano. Líder espiritual de más de mil millones de católicos en todo el mundo, su muerte se ha producido a las 7:35 de la mañana de este lunes 21 de abril, tal y como ha confirmado el Camarlengo de la Iglesia, el cardenal Kevin Joseph Farrell.
El estado de salud del Pontífice se había visto gravemente comprometido en los últimos meses. Ingresado durante 38 días, afrontó varias crisis que lo acercaron a la muerte. Sin embargo, logró recuperarse parcialmente y recibió el alta médica el pasado 23 de marzo.
Su última aparición pública tuvo lugar ayer, Domingo de Resurrección, cuando, visiblemente debilitado, salió al balcón central de la basílica de San Pedro para impartir la bendición Urbi et Orbi. Apenas logró pronunciar unas breves palabras: «Queridos hermanos y hermanas: Feliz Pascua. El maestro de ceremonias leerá el mensaje». Fue monseñor Diego Ravelli quien leyó su declaración, centrada en un llamado urgente a la paz, una denuncia del rearme global, el sufrimiento de los migrantes y el auge del antisemitismo.
Ese mismo día, el Papa mantuvo un breve encuentro protocolario con el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, y su esposa. Esta reunión fue interpretada por algunos medios como señal de su lenta recuperación, aunque el desenlace llegaría horas después.
A pesar de su frágil estado, el Pontífice había logrado regresar a Roma para las celebraciones de Semana Santa. Aunque no presidió los actos litúrgicos, realizó apariciones puntuales que conmovieron a fieles de todo el mundo.
Un legado reformista y profético
Jorge Mario Bergoglio, nacido en Buenos Aires, fue elegido Papa el 13 de marzo de 2013. Su llegada al trono de Pedro marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia: fue el primer Pontífice procedente del continente americano y el primero jesuita. Desde el principio, imprimió un estilo pastoral, humilde y cercano, con un claro compromiso hacia los pobres, los excluidos y el diálogo interreligioso.
Francisco impulsó reformas de gran calado dentro del Vaticano. Apostó por la transparencia financiera, la lucha contra los abusos y la reestructuración de la Curia. En 2014 creó la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, y delegó en un grupo de cardenales la misión de renovar el funcionamiento interno de la Iglesia.
Durante su pontificado realizó viajes históricos, como su visita a Cuba en 2015 —incluyendo un encuentro con Fidel Castro— o su viaje a Irak en 2021, siendo el primer Papa en pisar esa nación. Su papel global trascendió los límites del catolicismo: Francisco habló al mundo de fraternidad, justicia social y responsabilidad ante el sufrimiento humano, sin encasillarse en categorías ideológicas.
Aunque fue objeto de críticas y no estuvo exento de controversia, supo mantener una voz propia, firme y compasiva, centrada en el Evangelio más que en las estructuras. Su pontificado, de once años, será recordado por la voluntad de reforma y su empeño por construir puentes en un mundo fragmentado.
El adiós de un pastor
La Santa Sede aún no ha anunciado los detalles del funeral. Sin embargo, se ha confirmado que el Papa no será enterrado en las grutas vaticanas, sino en la basílica de Santa María la Mayor, donde se venera la imagen de la Salus Populi Romani, a la que Bergoglio tenía profunda devoción.
Francisco había dejado dispuesto un protocolo diferente para sus exequias. En vida, aseguró que el funeral de Benedicto XVI sería el último bajo el esquema tradicional. Él mismo diseñó una simplificación del rito papal: eliminó los tres féretros, el catafalco y los velatorios prolongados, buscando una despedida más sobria y acorde con su visión pastoral.
Tal como explicó en el libro El Sucesor, «el ritual estaba demasiado recargado. Eso de hacer dos velatorios me parecía excesivo. Que se haga uno solo y con el Papa ya en el ataúd, como en todas las familias. Será con dignidad, como cualquier cristiano, pero no sobre almohadones».
El Papa Francisco ha partido, pero deja tras de sí una huella profunda en la historia de la Iglesia y en la conciencia del mundo. Su vida fue entrega, su voz fue conciencia, y su pontificado, un camino de reforma, ternura y valentía.









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