La mayoría de estos falsos rumores son anónimos y, aunque hacen referencia a fuentes "fiables"
Marcas comerciales, atentados inminentes en centros comerciales, golosinas con droga distribuidas a niños o llaveros con chip localizador son algunos de los bulos más difundidos.
¿Cómo reconocer uno de estos bulos?
La mayoría de estos falsos rumores son anónimos y, aunque hacen referencia a fuentes "fiables", no están firmados. Además, suelen estar redactados de manera atemporal y carecen de fecha de publicación, lo que permite que sigan circulando en la red por más tiempo. Otro rasgo que los define es que incluyen un gancho (generador de miedo, morboso o económico) para captar la atención del usuario. También intentan aprovechar una coyuntura relacionada con la información falsa, como los atentados terroristas en otros países.
Los bulos suelen estar escritos en un español neutro (si usan este idioma) para facilitar su difusión en otros países de habla hispana. Frecuentemente contienen faltas de ortografía o una redacción deficiente. Otro rasgo común es que suelen incluir una petición de reenvío, ya sea para "alertar" a otras personas, evitar la mala suerte o concienciar.
El objetivo de esta petición es captar direcciones de correo, crear bases de datos, transmitir malware, realizar campañas de spam o simplemente difundir el miedo entre la población.
Los 10 bulos más compartidos:
1. Secuestro de menores.
2. Frutas infectadas.
3. Atentado terrorista inminente.
4. Colonias que te duermen para robar.
5. Golosinas con droga.
6. Falsos vales de descuento.
7. Llaveros con chip localizador.
8. Luces del coche.
9. Llamada de 1.500 €.
10. Falsos vales de descuento.
Grupos de mensajería instantánea, grandes altavoces de bulos:
Por último, los grupos de WhatsApp están desbancando a las redes sociales como principales altavoces de bulos irracionales, algunos citando falsamente una fuente oficial y otros como versiones de bulos antiguos. Desde el Grupo de Redes Sociales de la Policía Nacional se recuerda la importancia de no creer ni difundir mensajes que no procedan de fuentes oficiales y pedir a los demás que no les den credibilidad. Riesgos infundados, supuestos malhechores que parecen de película o crímenes ficticios son compartidos sin verificación, especialmente en grupos de adultos.
Los nuevos gadgets, como smartphones o tablets, se han convertido en herramientas para difundir estos bulos. Los especialistas de la Unidad de Investigación Tecnológica (UIT) y del Grupo de Redes Sociales de la Policía Nacional han registrado miles de denuncias y peticiones de ayuda de internautas a través de los canales telemáticos de la Policía, como @policia, https://www.facebook.com/PoliciaNacional o www.policia.es/colabora.php.
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