El portuense entendió que sus quejas deben realizarse mediante las hojas de reclamaciones, las cuales se agotaron
Éxito rotundo en la concentración frente al centro de Pinillo Chico: la ciudadanía marca un antes y un después en la lucha por la sanidad pública.
En Pinillo, las colas continuaron, pero esta vez fueron de protestas y rechazo hacia un sistema sanitario que hace aguas.
La concentración celebrada a las puertas del centro de salud de Pinillo Chico ha sido todo un éxito, estableciendo un precedente en la defensa de la sanidad pública. Los asistentes, hartos de los continuos desmanes en el sistema sanitario, han dejado claro que no tolerarán más abusos.
Los manifestantes denunciaron la falta de urgencias primarias, la ausencia de doctores durante 24 horas los fines de semana, la escasez de UVI móviles y los 15 años de espera para la apertura de un nuevo centro de salud. Además, criticaron el desmantelamiento del Hospital del Carmen y la derivación de pacientes al Hospital de Puerto Real, mientras el Hospital Santa María del Puerto se convierte en un negocio más, beneficiando únicamente a la Junta y a Pascual.
La ciudadanía, ante el deterioro del sistema sanitario, ha dicho "basta". No están dispuestos a soportar más engaños ni faltas de respeto.
Hoy, cientos de portuenses alzaron su voz donde corresponde, agotando incluso los libros de reclamaciones en su empeño por formalizar sus quejas. Con la paciencia que les ha inculcado un sistema que consideran ineficaz, se congregaron para manifestar su rechazo y exigir una sanidad que verdaderamente los represente.
A pesar de la calma que predominó durante la protesta, la directora del centro solicitó la presencia de la Policía Nacional y Local, quienes acudieron para constatar que las reclamaciones se realizaban de manera pacífica y cívica.
Los manifestantes también expresaron su apoyo a los profesionales sanitarios que, día a día, dignifican la profesión, mientras criticaban a los dirigentes que, según denuncian, siempre favorecen los intereses políticos sobre los de los ciudadanos.
Gracias a la paciencia cultivada durante años, la protesta se desarrolló sin incidentes, demostrando que la fuerza y la razón pueden ir de la mano sin perder la compostura.